Galicia de Pesca: Señuelos que van y vienen en el tiempo
Señuelos … miedo me da pensar en los que tengo y no utilizo, y qué curioso, recuerdo épocas en las que la tendencia la marcaban unos y la seguíamos ciegamente otros, con mayor o menor grado de efectividad y por alguna razón, sin más, se dejaron de utilizar. Y ahora parece que cuando los vuelvo a contemplar en las cajas es como observar un objeto antiguo que se guarda no sé para qué ni para quién.
Sería casi coleccionismo, no lo sé, o la búsqueda infructuosa del señuelo mágico que una vez se meta en el agua, él solo se encargue de moverse, surcar las olas y atraer como un imán al poderoso robalo. Siempre me escudo en que eran otros tiempos, no había redes sociales ni internet por supuesto, y no todos teníamos móvil, y casi comprabas de oídas en la costa o con el café después de la jornada de pesca. Siempre había alguien “informado” que te liaba y no se podía resistir uno a los encantos de ese minnow que realmente era muy pescador, pero de aquéllas había muchas más lubinas o robalizas por nuestras costas y sinceramente, se pescaba casi con cualquier señuelo que se moviese bien y sin preocuparse de lograr grandes distancias en el lance.
Con el tiempo y los años te vas haciendo más selectivo, te centras en exclusiva en determinados señuelos y no pierden la titularidad fácilmente, no quieres otros, porque para ti son los más efectivos por la circunstancia que sea.
No obstante, en la actualidad saco del banquillo de vez en cuando a alguna de estas casi reliquias, porque me recuerdan jornadas muy buenas de pesca y quiero darles la oportunidad de que me demuestren que siguen en forma, no en vano, guardo un sitio en mi bolsa de minnows como el de la foto, ya que lo rebautizamos en su momento como “terminator”.
¡Hasta la próxima salitrada!
Juan C. Lorenzo
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir