Galicia de Pesca: Pescando lubinas en el verano.
Van quedando atrás los días de sol, esos días en los que las amanecidas se hacían nuestro mejor aliado por aquello de hacer más soportable el calor y escapar un momento del sol. Fueron días de mar completamente calmado semana tras semana … con muy poco viento y calor sofocante.
La costa estaba plagada de algas y sabido es por todos los pescadores deportivos que esto supone un buen hábitat para los peces por todo lo que conlleva para ellos, como lugares de acecho y alimento para muchas especies, y en particular para la lubina. Sólo habría que fijarse en la cantidad ingente de pulga de mar que podía observarse sobre las algas en bajamar.
Pronto empezarán a venir marejadas y temporales que romperán y limpiarán la costa de algas, pero a su vez, harán impracticable la pesca deportiva en esos primeros días de cambio.
En todo este tiempo creo que tan sólo hubo tres días de mar algo más agitado de lo habitual y por debajo de los 2 m, pero fué suficiente para hacer muy difícil poder librarse de arrastrar algas con el señuelo en cada lance. Con estas condiciones y muy a mi pesar, fue el verano de los paseantes en cada jornada y caracterizadas a su vez por muy pocas capturas para los días que fuí a la costa … pero como ya dije en ocasiones … pescar no sólo es capturar … por mucho que nos guste … todos sabemos lo que disfrutamos con lo que planificamos, de los momentos previos a las salidas así como de las propias jornadas de pesca sin necesidad de tener que realizar una pescata … creo que es eso precisamente, lo difícil que resulta en estos tiempos que nos entre un buen robalo lo que nos motiva a estar siempre planificando cómo dar con ellos, asegurando así la esencia de la pesca deportiva … disfrutarla en su entorno.
Con todo este panorama la razón me decía que no debía ir a la costa pero la ilusión por disfrutar de ella me hacía madrugar y pisarla una y otra vez, recorriendo si cabe muchos más sitios diferentes a lo largo de ella y con los paseantes como acompañantes.
De todas formas, la presencia de lubinas en esta zona fué muy escasa, ya que ni los pescadores deportivos ni los sub las veíamos.
Estas semanas de mar calmado también suponían un inconveniente más para poder practicar la pesca deportiva, y era debido a la gran cantidad de nasas y aparejos que se podían ver por toda la costa, y a muy poca distancia de ésta, siendo contadas las puestas, posturas o sitios de pesca que no se viesen afectados por todo ello.
Ya en septiembre, los pensamientos me llevan a ver pronto mares por encima de los 2 m con la costa espumada … seleccionando además vinilos y minnows pesados y cómo no … esos chivos que tan buenos resultados me dan, para salir a la costa en busca de un buen robalo.
Un saludo a todos y ¡Hasta la próxima salitrada!.
Juan C. Lorenzo.
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