Galicia de Pesca: Cañas para la pesca de la lubina en la costa gallega

Seleccionar y comprar el equipo adecuado para recorrer nuestras costas y dar rienda suelta a nuestra afición y como dicen algunos pescadores, ir a la “caza” de la lubina, puede generarnos dudas a la hora de sentenciar cuál es la opción más idónea o simplemente, la mejor de todas ellas para tomar la mejor decisión, ¿Por qué?.

Sabemos que Galicia tiene una gran diversidad también en cuanto a las formaciones rocosas que componen la orografía de nuestro litoral, con rías, desembocaduras, puertos, playas, acantilados más o menos accesibles, pedreros con fondos arenosos, de piedras o mixtos y con mayor o menor dificultad para poder realizar nuestra pasión, la pesca deportiva de la lubina.

Todo esto hace que no sea posible establecer una descripción del equipo de pesca que se adapte a cualquier zona de nuestra costa. Así pues, si nuestra zona de pesca nos permite realizar lances y recogidas libres de bajos, rocas o salientes por delante de nosotros, la tendencia es la utilizar cañas con medidas que van desde los 2,70 m o 3 m hasta los 3,30 m.

Un factor importante a la hora de la elección de la caña además de la medida, es la acción de la misma y que conlleva entre otros, el peso más recomendable de los señuelos a utilizar con ella para obtener la máxima eficacia, el peso de la caña, de tramos o telescópica, etc. La marca de la caña en algunos casos es determinante en cuanto a su calidad, pero también puede suceder que nos salgamos ampliamente de nuestro presupuesto o posibilidades a la hora de comprarla.

Significar incluso que dentro de la misma marca y tipo de caña, nos pueden surgir dudas en cuanto a definirnos por una de las medidas, por ejemplo entre la de 3 m o la de 3,30 m. Tengamos en cuenta que nuestra fisonomía es diferente de unos a otros y por lo tanto, la constitución de cada pescador también lo es … influyen claro está factores como agilidad, forma física, edad, longitud del brazo, etc. Al tener diferente medida y acción, por lógica, nos transmitirán diferentes sensaciones que son las que harán que nos adaptemos muy bien a ella, o no, y en todo caso, lo importante es que cada pescador se sienta cómodo con su equipo en base a todos estos factores, e independientemente de la marca.

Particularmente, pienso que cada uno debe adoptar su propia elección y si es posible, asesorarse bien con los profesionales que regentan las tiendas de pesca y como no, valorando también las indicaciones o consejos de nuestros amigos pescadores.

Yo en estas medidas utilizo la Sakura Golden Bay de 3,30 m, con un peso de 270 gr y una acción de 15-65 gr, de ella solo puedo hablar excelencias. Me permite realizar muy buenos lances con minnows de hasta 32 gr y trabajar vinilos con cabezas de hasta 45 gr, así como chivos de 50 o 60 gr -con los de 70 gr también pero va un poco justa en el lance-. Es en realidad una caña a la que me adapté muy bien desde el primer día y que nunca me defraudó su comportamiento. Fue una caña que adquirí siguiendo también los consejos del profesional de una tienda de pesca.

Para finalizar, si por el contrario, nuestra zona de pesca es abrupta y los lances y recogidas se realizan en lugares que entrañan cierta dificultad y no nos permite acercarnos a la rompiente, o está a una cierta altura, o como en muchos casos, el estado de la mar aconseja la utilización de señuelos más pesados como chivos a partir de 70 gr y poner distancia con respecto a la rompiente, deberemos utilizar cañas de mayor longitud; 3,50, 3,60 m o 3,90 m e incluso, conozco a un grandísimo pescador y persona que usa siempre y desde hace muchísimos años, una de 4,20 m por las características de “su” costa.

Evidentemente, jornadas largas y días continuados con estos equipos harán que nuestro hombro y espalda se resientan, pero en todo caso eso será más llevadero si además vamos con la ilusión de dar rienda suelta a nuestra afición y si cabe, realizar una captura de un buen ejemplar en forma de robalo.

Como reflexión final, mantengo que siempre serán jornadas para recordar y compartir en la pesca deportiva de la lubina o robaliza, si nuestra premisa es siempre disfrutar del mar y del entorno que nos ofrece.

¡Hasta la próxima salitrada!

Juan C. Lorenzo

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